martes, 7 de diciembre de 2010

REPUGNANTE JUDÍO NAZI

La Alianza entre Sionistas (judeofascistas) y Nazis (Clerofascistas), algo que ya no se puede ocultar

 


Theodor Herzl (1860-1904), el fundador del Zionismo moderno, sostuvo que el antisemitismo no es una aberración, sino una natural y completamente entendible respuesta del no-judío a la conducta y actitud extranjera judía. La única solución, él defendía, es que los judíos debían reconocer la realidad y vivir en un estado separado de su propiedad. "La Cuestión Judía existe en dondequiera que los judíos vivan en números notables", escribió él en su trabajo más influyente, "El Estado Judío". "Donde no exista, es fundado por la llegada de judíos... creo que entiendo el antisemitismo, el cual es un fenómeno muy complejo. Considero este desarrollo como judío, sin odio o miedo". La Cuestión Judía, sostuvo él, no es social o religiosa. "Es una cuestión nacional. Para resolverla debemos, sobre todo, hacerla un problema político internacional... "Independientemente de su ciudadanía, insistió Herzl, los judíos no constituyen meramente una comunidad religiosa, sino, una nacionalidad, un pueblo, Volk. (Ingrid Weckert, Feuerzeichen: Die "Reichskristallnacht" (Tübingen: Grabert, 1981), p. 212. See also: Th. Herzl, The Jewish State (New York: Herzl Press, 1970), pp. 33, 35, 36, and, Edwin Black, The Transfer Agreement (New York: Macmillan, 1984), p. 73. ), El zionismo, escribió Herzl, ofreció al mundo una bien acogida "solución final de la Cuestión Judía". (Th. Herzl, "Der Kongress," Welt, June 4, 1897. Reprinted in: Theodor Herzls zionistische Schriften (Leon Kellner, ed.), erster Teil, Berlin: Jüdischer Verlag, 1920, p. 190 - p. 139)
 
Seis meses antes que Hitler llegara al poder, la Federación Zionista de Alemania (lejos  el grupo Zionista más grande en el país) emitió un detallado memorándum al nuevo gobierno que revisaba las relaciones judío-alemanas y formalmente ofrecía el apoyo Zionista para "resolver" la molesta "cuestión Judía". El primer paso sugerido, debía ser un franco reconocimiento de las fundamentales diferencias de  nacionalidad: (Memo of June 21, 1933, in: L. Dawidowicz, A Holocaust Reader (New York: Behrman, 1976), pp. 150-155, and (in part) in: Francis R. Nicosia, The Third Reich and the Palestine Question (Austin: Univ. of Texas, 1985), p. 42.; On Zionism in Germany before Hitler's assumption of power, see: Donald L. Niewyk, The Jews in Weimar Germany (Baton Rouge: 1980), pp. 94-95, 126-131, 140-143.; F. Nicosia, Third Reich (Austin: 1985), pp. 1-15)  
   
El Zionismo no tiene ilusiones sobre la dificultad de la condición judía, la cual consiste sobretodo, en un modelo ocupacional anormal y en la falla de una actitud intelectual y moral no arraigada en la propia tradición de cada uno. El Zionismo reconoció hace décadas atrás, que como resultado de las tendencias a la asimilación, síntomas de deterioro comenzaron a aparecer.... 
El Zionismo cree que el renacimiento de la vida nacional de un pueblo, lo cual está ocurriendo ahora en Alemania a través del énfasis en su carácter cristiano y nacional, también debiera suceder en el grupo nacional judío. Para las personas judías, también, el origen nacional, la religión, el destino común y un sentido de ser únicos, deben ser de decisiva importancia en la configuración de su existencia. Esto significa que el individualismo egoísta de la era liberal debe superarse y debe reemplazarse con un sentido de comunidad y de responsabilidad colectiva....  
   
Creemos que precisamente es la nueva Alemania [Nacional Socialista] que puede, a través de una determinación audaz en el manejo de la cuestión judía, dar un paso decisivo hacia la superación del problema, el cual, en verdad, tendrá que ser tratado con la mayoría de los pueblos europeos...  
   
Nuestro reconocimiento de la nacionalidad judía mantiene una relación clara y sincera con el pueblo alemán y su realidad nacional y racial. Precisamente porque no deseamos falsificar estos principios, porque nosotros también, estamos contra el matrimonio mixto y estamos por mantener la pureza del grupo judío y rechazamos cualquier trasgresión en el dominio cultural, nosotros -- habiendo sido educados en el idioma y la cultura alemana--podemos mostrar un interés en los trabajos y valores de la cultura alemana con admiración y simpatía interna...
Por sus prácticos objetivos, el Zionismo espera ser capaz de ganar la colaboración  incluso de un gobierno fundamentalmente hostil a los judíos, porque al tratar con  la cuestión Judía no están envueltos los sentimentalismos sino un problema real cuya solución interesa a todas las personas y en el actual momento sobre todo a los alemanes... la propaganda del Boicot-- tal como se está llevando a cabo, actualmente, de muchas maneras contra Alemania -- es en esencia no-Zionista, porque el Zionismo no quiere dar batalla sino convencer y construir...  
   
No somos ciegos al hecho que la Cuestión Judía existe y continuará existiendo. De la situación anormal de los judíos, resultan desventajas severas para ellos, pero también condiciones escasamente tolerables para otras personas.

Cuando los nazis ascendieron al poder en Alemania la Organizacion de Alemania tenia acceso ilimitado a ellos. Incluso cuando a los SS o a los SA se les pasaba la mano equivocadamente  con un sionista , creyendo que eran simples judios , muchas veces debieron pedir disculpas.

 

A principios de 1935, un navío de pasajeros con rumbo al puerto de Haifa, en Palestina, dejaba el puerto alemán de Bremerhaven. En su popa llevaba escrito su nombre en letras hebreas, "Tel Aviv", mientras una bandera con la esvástica nazi flameaba en el mástil. Y aunque la nave era propiedad de los Zionistas, su capitán era un miembro del Partido Nacional Socialista Alemán. Muchos años después, un viajero a bordo la nave, revocó esta simbólica combinación como un "absurdo metafísico". (W. Martini, "Hebr_isch unterm Hakenkreuz," Die Welt (Hamburg), Jan. 10, 1975. Cited in: Klaus Polken, "The Secret Contacts: Zionism and Nazi Germany, 1933-1941," Journal of Palestine Studies, Spring-Summer 1976, p. 65.)  Absurdo o no, ésta, es sólo una ilustración de un capítulo poco conocido de la historia: La colaboración en un amplio rango entre el Zionismo y el Tercer Reich de Hitler.

Antes d ela guerra cujando se sugirio que la no aceptacion de la relocacion de los judios conduciria a un genocidio, los dirigentes sionistas contestaron que valia mas una vaca el Palestina que todos los judios de Europa. Las mismas dudas que las efectuo un Rabino de la Yeshiva, el Rabbi Weissmandl, (ver: Ten Questions to the Zionists Ten Questions to the Zionists by Rabbi Weissmandl, Dean of Nitra Yeshiva.)

El sionismo israelita del futuro, el Likud, será una derivación de dicho "sionismo revisionista" según Shindler. La primera etapa de la evolución del "revisionismo" sionista es la de la constitución de la New Zionist Organization [Nueva Organización Sionista], fundada en 1935, de cuyo seno surgieron dos grupos armados que, sustancialmente, no diferían políticamente en mucho: el Irgún y el Grupo Stern.
Su diferencia se basó en la forma de combatir la presencia británica en Palestina: ¿había que acabar con los británicos o dialogar con ellos? La dirección del Irgún, bajo el impulso de Begin (apóstol de la desobediencia civil bajo el modelo gandhiano), era partidaria de una inmediata revuelta contra los británicos. Tras el episodio de la "Noche de cristal", en noviembre de 1938, y tras estallar la segunda guerra mundial, Jabotinsky deposita su confianza en la diplomacia británica y en Churchill.
Esta postura probritánica provoca ásperos debates en el seno del Irgún. David Raziel, comandante militar del Irgún, propone en esa misma dirección una alianza con Londres y contra el Eje esperando con ello la eliminación del nacional-socialismo en Europa tras la guerra, mientras que la cúpula del Grupo Stern (más tarde denominado Lehi) pretende provocar la revuelta antes incluso de que concluya el conflicto mundial. De hecho, dicha organización hizo proposiciones a Mussolini al final de los años treinta.
Según los planes barajados, los sionistas deberían aliarse con Italia para acabar con los ingleses en Palestina, fundar un Estado hebreo de carácter corporativo satélite del Eje, y poner los lugares santos de Jerusalén a disposición del Vaticano. Estas propuestas no pudieron concretarse, ni siquiera el ofrecimiento hecho a Hitler de reclutar 40.000 soldados judíos procedentes de la Europa oriental con los que enfrentarse a los británicos en Palestina. Hitler prefirió jugar la carta árabe. La policía británica abatió a Stern el 12 de febrero de 1942, eliminando así al sionista antibritánico más radical y dejando con ello libre el camino a la política proaliada de Jabotinsky y Raziel (quien murió al poco, tras un ataque aéreo). Ya'akov Meridor tomó el mando en el Irgún y también apostó por el "armisticio" con los británicos.
Abraham Stern era un hombre que no despertó nunca la confianza de Londres en la medida en que puso siempre su mirada en movimientos de muy variada índole, sobre todo en el IRA irlandés, pero también en la revolución garibaldina italiana, los social-revolucionarios rusos y, desde el punto de vista de la tradición judía, en los opositores al dominio del Imperio romano. Stern se dirigió a Pilsudski, a Mussolini y a Hitler para solicitar apoyo en su lucha contra los británicos, bajo el pretexto de que éstos últimos eran el enemigo número uno del ideal sionista y que "los enemigos de nuestros enemigos son nuestros amigos".
A partir de 1944 y ante los descalabros del Eje, Begin da la orden de comenzar la revuelta contra la administración británica y, con ello, pone fin al "armisticio". Después de 1945, los sucesores de Stern, el triunvirato formado por Eldad, Yellin-Mor y Yitzhak Shamir, se inspirarán en los terroristas rusos del siglo XIX, sobre todo en Netchaiev y en la organización Narodnaia Volnia, adoptando posiciones antioccidentales y buscando el apoyo de Stalin.
Ideológicamente, explica Shindler, el Irgún y el grupo Lehi, a pesar de la lucha antibritánica común, no podían fusionarse: el grupo Lehi era muy celoso de su independencia y rechazaba la política de control absoluto de Begin. Asimismo, la carta prosoviética del Lehi, que estaba en sintonía con el pensamiento de Stern, consideraba a Stalin como el nuevo enemigo del Imperio británico tras la desaparición de Mussolini y Hitler. Desde este punto de vista, el Vojd soviético podía ser considerado como un aliado del Israel futuro. Yellin-Mor apostó por una política probolchevique aún más acusada: línea antiimperialista radical y llamamiento a los sionistas al rechazo de todos los movimientos árabes antibritánicos. Begin, quien sufrió la consecuencias de su internamiento en el "gulag" soviético es reticente. Shamir, por su parte, se fija como modelo a Michael Collins, jefe militar del IRA, hasta el punto de adoptar el alias "Michael" en la clandestinidad. Propone una lucha sin cuartel contra Londres y despliega un gran aparato propagandístico prosionista en América, para crear un movimiento favorable a la creación del Estado de Israel a la manera de cómo lo habían hecho De Valera y Connolly para el caso irlandés. La literatura sobre el IRA se convierte en obligatoria para los guerrilleros del Lehi. Shindler llama la atención sobre el hecho de que David Raziel conocía perfectamente la historia del IRA y que Abraham Stern había traducido al hebreo, en 1941, el libro de P.S. O'Hegarty, The Victory of Sinn Fein.

A marriage made in hell : Zionists and Nazis


Yep, I told you so! The alliance between Judeofascists and Nazis is real and can no longer be denied. Nothing new to those of us in the know, but its always good to see how close these rodents are. Got this from Islamophobia Watch via Searchlight magazine :



FUENTE: http://chiwulltun.blogspot.com/search/label/Nazismo